Desde marzo de 2020, el turismo religioso en San Juan, Argentina, ha sido uno de los sectores que más ha sufrido las consecuencias de las restricciones. Esto repercutió en la situación económica y financiera en todos los actores involucrados en torno a los atractivos turísticos.
En esa provincia, el turismo religioso es una actividad que moviliza a promesantes y turistas, durante la mayoría del año. Para lograr entender esto, solo en Caucete, en el paraje Vallecito, donde se encuentra el oratorio de la Devoción Popular a la Difunta Correa, recibía antes de la pandemia, más de un millón de peregrinos. Además, en el mismo departamento provincial, está la capilla de San Expedito.
Turismo religioso en San Juan, atractivos

Otros sitios de turismo religioso se hayan en los departamentos cordilleranos de Iglesia y Calingasta. En el primero se encuentran la Capilla de Achango, la de Tudcum y Las Flores. En el segundo la Iglesia de Jesús de la Buena Esperanza. A estos lugares de devoción se suma la Iglesia de San Antonio de Padua, en Sarmiento y el monumento a Ceferino Namuncurá, en San Martín. Caucete también posee otro sitio dedicado al turismo religioso como la Virgen de la Paz, en el cerro Pie de Palo.
Promesas oficiales
Antes de finalizar el 2020, Claudia Grynszpan, ministra de Turismo y Cultura de la provincia acordó con los intendentes municipales la necesidad de implementar acciones para dar alivio al sector. Entre ellas surgieron contemplaciones impositivas y de obligaciones comerciales. También hay otras ayudas como líneas de crédito o préstamos que deberán implementarse para el sector de Turismo Religioso en San Juan salga a flote de la complicada situación en que se encuentra.
Fuente: Diario de Cuyo