En el departamento de Río Negro a orillas del río Uruguay tiene asiento una colonia con tradiciones rusas centenarias. El lugar se lo conoce como Colonia Ofir. Ellos viven allí sin televisión, ni teléfonos celulares. Su idioma es el eslavo antiguo, un dialecto que ni en Rusia se usa moderna y se dedican a agricultura, ganadería y pesca.
Sus miembros, pertenecen a una comunidad religiosa denominada raskólniki, derivado de la palabra rusa ‘cismo’. Ellos no aceptaron la reforma religiosa de 1654. En ese tiempo el patriarca Nikon, prentendía simplificar el culto ortodoxo tanto cuanto fuera posible acercándolo a la comprensión de los feligreses rusos. El arcipreste Avvakum, se opuso a estos cambios, a los que comparaba como el signo del advenimiento del Anticristo.

Con el establecimiento del poder soviético en los años 1920, las persecuciones cobraron fuerza. Una parte se movió a Manchuria, y la otra parte cruzó la frontera entre Kazajistán y la región china de Sinkiang occidental. De ahí debieron emigrar a mediados de los años 50, bajo el régimen de Mao, y se dispersaron por Estados Unidos, Brasil, Argentina y Uruguay para poder conservar sus tradiciones rusas milenarias.
Tradiciones rusas centenarias
Llegar un domingo al mediodía a la Colonia Ofir, fundada en 1966, es retroceder cientos de años en el tiempo. Verás a las pequeñas caminar con sus vestidos típicos y su pelo con trenzas. Los jóvenes visten ropas extrañas para estos tiempos. A medida que avanzas por las calles de tierra de la Colonia Ofir, sus habitantes se encierra en las casas. Sentirás que te observan detrás de las cortinas de sus ventanas.

La Colonia Ofir se encuentra a 12 kilómetros de San Javier, la comunidad rusa mas importante de Uruguay. Allí viven 2000 habitantes y en la escuela se enseña en ruso y español. A pesar de compartir nacionalidad, ambas comunidades tienen culturas totalmente diferentes.