Cataluña fue la primera capital visigoda en España. Los Visigodos forman parte de los pueblos germanos que invadieron la Península a principios del siglo V, cuando el Imperio Romano ya estaba en decadencia.
En este viaje de turismo religioso en España nos detendremos en las Iglesias Visigodas conservadas en la actualidad en el territorio de Cataluña. Y más precisamente en los templos de Sant Pere de Terrassa. Un conjunto monumental formado por las iglesias de Sant Pere, Sant Miquel y Santa Maria. Las tres se sitúan, a 20 km de Barcelona, en la confluencia de los torrentes del Vallparadís y Montner. Allí estaba la antigua Egara, un municipio de la Hispania romana origen del pueblo de Sant Pere, hoy distrito de Terrassa. Este Complejo de Terrassa, Cataluña, es una de las joyas del románico catalán.
Historia de las Iglesias Visigodas de Terrassa, Cataluña
Las tres iglesias visigodas se construyeron como la sede del obispado de Egara en 450 y se mantuvo así hasta la invasión sarracena del siglo VIII. El conjunto episcopal se ajusta a los antiguos modelos bizantinos: dos iglesias (Sant Pere y Santa Maria) y un baptisterio (Sant Miquel). Entre los siglos XI y XII los templos se completaron tal cual los vemos en la actualidad.
Durante casi todo el 1300 se estableció en Santa María un Monasterio. Por otro lado, Sant Pere d’Égara, sede de la parroquia, perdió su condición en 1601 a favor de la nueva Basílica del Espíritu Santo, actual Catedral del nuevo obispado de Terrassa. No fue sino hasta el siglo XIX que el templo recuperó su condición de sede parroquial.
Iglesia de Santa María

Este edificio se sitúa al sur del Complejo de Terrassa, Cataluña, posee una plaza-atrio en el exterior que pertenece a una construcción anterior. La nave está cubierta por una bóveda. Sobre el crucero se eleva el tambor octogonal coronado por un pequeño campanario de dos plantas, con techo a cuatro aguas. El tambor y la parte superior de las murallas del norte y oeste tienen una decoración lombarda, con una arcada ciega. La puerta de entrada es simple, hecha de un arco de medio punto con esculturas de terracota sobre ella. En la fachada sur, hay un pórtico con cuatro archivoltas, restos del claustro de los Agustinos.
Frente al templo se observan restos de los antiguos edificios visigodos cristianos con mosaicos superpuestos. También criptas funerarias. La bóveda del ábside se cubre con pinturas murales, con líneas rojas y verdes, que narran la Vida y Pasión de Cristo. Del mismo modo, en el ábside, hay una parte superior de la mesa del altar y una estatua medieval gótica de la Virgen María del siglo XIV.
Los muros interiores de Santa María conservan piezas artísticas notables. A lo largo de los techos de la nave se observan frescos que van del románico al gótico. También hay otro altar de piedra del siglo X y lápidas medievales y romanas. En el crucero hay otros tres retablos góticos de gran valor:
El retablo de los santos Abdó y Senén, en Santa María, Cataluña
En el lateral izquierdo del crucero, se observa un retablo de 1640 que pertenecía a la iglesia de Sant Pere. Los santos titulares están representados en el centro, rodeados de escenas de su vida y martirio. En la parte inferior se ven las imágenes de los santos doctores Cosme y Damián.
El retablo de San Miguel
El retablo de San Miguel Arcangel se encuentra junto al anterior y esta datado en 1450. Se representan en él las luchas entre ángeles y demonios, así como tres escenas de la Pasión de Cristo.
El gran retablo de Sant Pere
Por su parte en el lateral derecho del crucero, de 1411, se halla este retablo que no posee el cuadro central, mientras que los ocho laterales presentan diversas escenas de la vida de San Pedro. Cerca del altar hay un ábside con pinturas románicas murales de finales del siglo XII, con un Cristo en Majestad y escenas del martirio de San Thomas Becket.
Iglesia de Sant Pere

A la izquierda de la entrada al Complejo de Terrassa, Cataluña, se halla la Iglesia de Sant Pere, la mayor de estas tres de Cataluña y da nombre al conjunto episcopal y al antiguo pueblo de Sant Pere. Tiene una sola nave con ábside trilobulado y crucero cubierto por bóveda de cañón. El ábside y el crucero son del siglo IX y la nave del XII. La puerta de acceso, muy simple, se abre en el muro sur y está rodeada por cuatro archivoltas sin decoración. La luz ingresa por dos grandes ventanales a cada lado de la puerta y por las tres ventanas del ábside. La fachada está coronada por una cornisa con un friso esculpido sostenido por consolas en forma de cabezas humanas. Tiene dos campanarios, uno de origen románico y otro más actual cerca del crucero.
El ábside central está cerrado por un altar de piedra en tres registros, el primero con murales del siglo XI, con la representación de Jesús y los 12 apóstoles. En la pared norte de la nave permanecen fragmentos de frescos góticos del XIV. A la izquierda, por su parte, se abren dos capillas añadidas más tarde. Una dedicada a San Valentín, con un retablo del XVII, y la del Santísimo, con murales del artista catalán Ricard Marlet de 1948.
Iglesia de Sant Miquel, Cataluña

Ubicada en el centro del Complejo de Terrassa, Cataluña, entre los otros dos templos, se lo utilizó como baptisterio. Es la única, de las tres que conserva íntegramente la planta original, que es cuadrada y forma una cruz griega con hornacinas en los ángulos en el muro este. En el interior, en el centro de la planta, se halla el tambor coronado por una cúpula y sostenido por ocho columnas de fragmentos visigodos reutilizados y cuatro capiteles Tardo Romanos. Debajo de la cúpula, encontramos la piscina del baptisterio, de forma octogonal.
Debajo del ábside se encuentra la cripta de Sant Celoni. La puerta de acceso se encuentra en la pared sur. Los frescos en el ábside son del siglo X, con una escena que representa el Cristo rodeado de ángeles, y por debajo, los doce apóstoles.
Foto de Portada: AIA Cat
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