Sabaletas es un caserío que se encuentra a 62 kilómetros al Sur de Medellín, Antioquia. Es una excelente visita de un día para todo aquel que hace turismo religioso en Colombia. Se sale por la carretera en dirección a Santa Bárbara y a poco de pasar Charcos una calle de ripio, sin señalética, sale a la izquierda. Todo el camino es muy bello ya que la ruta, en ascenso, serpentea entre la selva colombiana.
A poco de andar se pasa por un poblado, allí se encuentra una humilde capilla bajo la advocación de Nuestra Señora de la Rosa Mística. La imagen se encontraba en una casa y ante la gran cantidad de visitas que recibía, en busca de favores, se decidió levantar la capilla.
La historia de Sabaletas

Según cuentan algunos de los pobladores más antiguos de Sabaletas, cuando los españoles llegaron, en 1540, en el lugar solo había un tambo (depósito) indígena, rodeado de chozas, sobre el que más tarde fue construida la Capilla. De acuerdo con sus testimonios, la tribu predominante del lugar era la del Cacique Quiramá, y cuentan que sus miembros fueron subyugados, obligados a construir la capilla y convertidos al catolicismo por la fuerza. En ese tiempo los originarios enterraban a sus muertos en los tambos, por eso es posible encontrar restos debajo del piso de tierra del templo.
Capilla Nuestra Señora de la Candelaria de Sabaletas
La Capilla Nuestra Señora de la Candelaria de Sabaletas posee el honor de ser la primera construida en Antioquia. “Sabaleta es la cuna de la religiosidad paisa”, aseguran los lugareños. Su interior atesora valiosas imágenes que datan del siglo XVII. Por todo esto se la declaró Monumento Nacional en 1984.
No hay fecha cierta de la erección del templo, una pizarra en el mismo indica:
POBLACIÓN NATIVA: indígenas de la tribu Quiramá. AÑO DE FUNDACIÓN: En 1.541 por JORGE ROBLEDO
Originalmente su techo era de paja, entre los años 1997 y 2000 la Fundación del Ferrocarril la restauró y colocó un tejado de tejas españolas. El frontis de la Capilla de Nuestra Señora de la Candelaria en Sabaletas mira a los cerros, mientras que el ábside hacia la quebrada Aguas Blancas. La pared del frente aparece cuatro columnas con figuras de cabezas antropomorfas, también llamadas cariátides, con rasgos indígenas identificables. Algo muy común de observar en este tipo de construcciones cuando se hacen estos circuitos de turismo religioso en América.

Los muros, pintados con cal, son de barro (tapia) de aproximadamente 80 centímetros de espesor. La planta es rectangular y detrás del altar se accede por dos puertas a la Sacristía. El retablo es sencillo destaca en el centro una gran imagen de vestir de Nuestra Señora de la Candelaria. A ambos lados, en hornacinas, se observa a Santa Bárbara y San Antonio. En un segundo nivel, por debajo a San Roque y la Virgen Maria.
El milagro de Nuestra Señora de la Candelaria

Enmarcado en esa belleza que tienen los relatos de transmisión oral que disfruta quien hace turismo religioso, en Sabaletas cuentan una historia digna de ser escuchada.
Antes recordemos que la Virgen de la Candelaria se aparece a dos pastores en el barranco de Chimisay, parroquia de Guimar, 95 años antes de la conquista de Tenerife (SXV). La devoción en América inicia con el propio Hernán Cortés que llevaba consigo una medalla con la imagen de esta virgen.
Los relatos orales de los ancianos de Sabaletas recuerdan que la Virgen de la Candelaria apareció aquí, en un lugar denominado La Cascada, en la quebrada Aguas Blancas. Un lugareño que pescaba en el lugar encontró una imagen de Nuestra Señora, y sintiendo que era un hecho divino la llevó a la Capilla. Cuentan que tuvieron intensiones de trasladarla a la parroquia de Santa Bárbara, pero les resultó imposible. En el camino del templo a la ruta de salida al poblado de Sabaletas, la imagen de la Virgen se ponía pesada y hacía que fuera imposible trasladarla. Conforme se la regresaba se alivianaba.
En Sabaletas se relata que por las noches sale a andar por las calles del corregimiento a cuidar, porque le han encontrado cadillos (cardos) cuando le cambian el vestido.
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