En este artículo hablaremos de la religión católica y la vida actual: Las corrientes que atraviesan una sociedad, las evoluciones económicas y sociales, las mutaciones de mentalidades se reflejan en la vida de la Iglesia. Presenta un espejo bastante preciso de los cambios sociales. Está imbuido de ella y, aun cuando se opone, acepta el campo de la confrontación. Por lo tanto, sería un método equivocado analizar la vida de la Iglesia, por ejemplo, comparando la situación actual con su estado anterior, independientemente de los cambios en el mundo. Porque es la relación entre la Iglesia de un momento y sus contemporáneos lo que permite captar la pertinencia del signo que da.
Sin embargo, un signo, por muy visible que sea y tan obvio que se presente a quienes lo plantean, adquiere su fuerza de significado sólo si es legible por aquellos que lo ven y a quienes está destinado. De lo contrario, los cristianos hablan sólo a los cristianos, delante de otros hombres. En este caso, incluso un signo ostentoso, incluso impresionante, no toca los corazones de los espectadores. Se pierde en los innumerables espectáculos del mundo y sucumbe a la agotadora superioridad de hazañas, estrellas y números.
Lo importante que es la religión para uno mismo en esta era de la velocidad. Siempre es bueno pararse a meditar y orar. Gracias a eso estaremos bien con nosotros mismos y a la vez más cerca de Nuestro Señor. En el portal web oracionescristianas.org podemos encontrar oraciones nuevas para nosotros, leer la biblia online, consultar la biografía de los santos y leer las noticias de actualidad del mundo cristiano.
Secularización en todas sus formas
En este momento de los grandes logros, surge un aumento en el consumo y la confianza en la tecnología. La primera reacción creyente temía la frialdad de una organización técnica de masas.
Otra forma de secularización se la ve instalada en las mentalidades. Estamos en épocas de las crisis del petróleo, el aumento del desempleo y, sobre todo, la decepción por el colapso de los grandes ideales: el trabajo pierde su valor, la ciencia no se libera de usos feroces y la educación ya no garantiza un trabajo. El secularismo mismo pierde sus nobles orientaciones. Se vuelve mezquino. La reacción será buscar más conocimientos y técnicas, con la idea de corregir los defectos de las técnicas. Internet se lleva todo en una globalización cada vez más financiera.
Este movimiento rechaza en un universo aparte lo que no es puro tecnicismo. Como resultado, las credulidades más diversas se desarrollan sin control, que incluyen tanto religiones establecidas como supersticiones. Frente a esta marginación y trivialización, las religiones, como la sociedad, buscan recurrir a una retirada de la identidad.
La crisis económica y financiera ha provocado, en los últimos años, el surgimiento de una tercera forma de secularización que se está envolviendo en sí misma. El futuro parece cerrado, el desempleo se acelera, las decisiones políticas se toman cada vez más lejos de las personas afectadas. Sienten que sus responsabilidades les están siendo despojadas. Su historia ya no les pertenece. De ahí el aumento de las abstenciones durante las votaciones y la audiencia de posiciones extremistas. Los cuerpos intermedios pierden su importancia, la sociedad se desmorona en el individualismo.
Como resultado, todos se protegen. Él en una indiferencia que lo aísla en su esfera privada. Funciona en redes. Tal sistema favorece la hegemonía de un liberalismo que devuelve a los más pobres al bienestar. Todavía no vemos el surgimiento de corrientes religiosas decisivas como en las dos primeras formas de secularización.