En Empedrado, Corrientes, Argentina, la devoción al Señor Hallado se remonta al año 1773, cuando Felipe Olivera vecino de la zona, peregrinaba al Santuario de Nuestra Señora de Itatí, en cumplimiento de una promesa de agradecimiento por un favor recibido.
Los poco más de 120 kilómetros que separan ambas localidades sumado al verano hacia dificil el andar del peregrino. Fatigado Felipe decidió a descansar a la sombra de un voluminoso y espeso árbol. Se hecho a dormir y al despertar su mirado acarició la hermosura del árbol protector, en ese instante vio un crucifijo atado entre las ramas. Sorprendido por el descubrimiento, lo desató y lo llevo consigo lo que faltaba del viaje. Se lo comenta al sacerdote del santuario quien le dice que el hecho es un milagro.

Al regresar a Empedrado comentó lo sucedido al párroco de la ciudad, quien ratifico la opinión del cura de Itatí. Desde ese entonces quedo determinado el poder divino del Señor Hallado, el sitio que la tradición marca como aquel que fuera hallado la imagen, ese lugar denominado el sombrero.
El crecimiento de la población en torno del rancho de Olivera y la divulgación del culto del Señor Hallado hicieron necesaria la construcción de la capilla que fue autorizada y construida en 1807.
Veinte años después se construyó en el mismo terreno una más grande, que con sucesiva y periódicas refacciones llego hasta 1911 año en el que se inauguró el actual templo parroquial.
Los años han pasado las capillas ya no existen, pero el feliz hallazgo de Olivera perdura intacto en el altar mayor de la actual iglesia y en el corazón de todos los empedradeños.

Santuario de Nuestro Señor Hallado
Iglesia de Nuestro Señor Hallado: se erige en 1825, el templo actual es 1890. En su interior se venera la imagen de un Cristo Crucificado de más de tres siglos y colocada sobre una Cruz de Madera.
La luminaria que pende sobre el altar perteneció a la Mansión de Invierno, un lujoso hotel ubicado en la localidad, demolido en los primeros años del siglo pasado. El retablo está realizado en mármol de Carrara.
El Santuario de Nuestro Señor Hallado encierra una historia de amor, la del arquitecto Santiago Scalella quien decide tomar los hábitos al morir su novia, poco tiempo antes de casarse. El mismo construyó la Iglesia en memoria de su amada. Sobre una pared lateral se realizó, en 1999, el Mural Nuestro Señor Hallado.
Con el amanecer del 14 de septiembre, se realiza lo que se denomina la salida del Señor Hallado, donde los feligreses lo llevan en andas alrededor de la Plaza 25 de Mayo y luego cantan en su homenaje.