Los Agustinos Recoletos nacen en el siglo XVI como un pedido de un grupo de clérigos de la Orden de San Agustín para llevar una vida más austera. Los Agustinos Recoletos se extendieron por toda España y, en el siglo siguiente resolvieron dedicarse a las misiones de Filipinas y América.
La comunidad monástica fundada en San Millán de la Cogolla, en el valle del río Cárdenas, en La Rioja, España, es la cuna de la lengua española. En ese lugar nace un sistema lingüístico perfecto, alejado de los esquemas latinos, con independencia lingüística consciente, el español.
Conocidas como las glosas de Millán, se extrajeron de una serie de anotaciones escritas entre líneas o en los márgenes de los códices latinos medievales, en latín, romance y euskera. Los más destacados son Aemilianensis 60 y Aemilianensis 46. Siglos más tarde, Gonzalo de Berceo, el primer poeta de nombre conocido de la literatura castellana escribió en ese Monasterio sus versos.
Acurrucado en ese verde valle entre los siglos XVI y XVII se construye este monumental complejo arquitectónico, que tiene el mote de “El Escorial de La Rioja”. En ese paisaje que cautiva se hallan dos monasterios gemelos, Suso y Yuso, superior e inferior en español antiguo. En 1997 la Unesco los declara Patrimonio de la Humanidad.
El lugar fue elegido para levantar el Monasterio de los Agustinos Recoletos por estar aislado y poseer una tierra fértil. Gracias a ella había suficiente pasto para el ganado, vides y labranza. La bondad del suelo le permitía tener excedentes que vendían o intercambiaban. El edificio se realizó con materiales disponibles en el lugar.
La historia de los Agustinos Recoletos de San Millán

Este monasterio da testimonio de la introducción de la tradición monástica cristiana en el siglo VI y su supervivencia sostenida hasta nuestros días. La historia del Monasterio de Suso, el primero de los dos en ser construido, comienza con San Millán, que vivió como ermitaño en las cuevas del actual monasterio, donde descansa desde el 574.
Después de la muerte de San Millán comenzó a formarse alrededor de su tumba, una comunidad de monjes. Esto llevó a una forma de vida más comunitaria, menos aislada y más organizada. Cada ermitaño religioso vivía en su propia cueva y se reunía una vez por semana en una nueva construcción, el monasterio. Este fue un acontecimiento novedoso para España.
Los cambios de religión a lo largo de las distintas etapas de su construcción van de la mano de sus diversas transformaciones. Este cruce de diversas culturas ahora es evidente. En el edificio que parece adosado a la roca y sus cuevas, la iglesia de dos naves y cinco cuerpos, se encuentran elementos arquitectónicos del edificio visigodo temprano del siglo VI y el pórtico mozárabe del siglo X.
El Monasterio Agustino Recoleto de Suso

El monasterio de Suso, de los Agustinos Recoletos, atesora en su museo numerosas obras de arte, con una extensa colección de pinturas. Estas datan de los siglos XVII, XVIII y XIX e incluyen veintidós de Fray Juan Rizi, considerado el mejor pintor de claustros de España.
La sacristía es una de las más bellas de España. Con una impresionante colección de cobre flamenco del siglo XVII y ostentosos frescos que adornan su techo pintados en el siglo XVIII. La calidad de la entrada de hierro forjado al coro es evidente y se remonta a 1676. Las esculturas del monasterio de los Agustinos Recoletos son impresionantes, una buena selección de las cuales se encuentran en el retro coro rococó, que contiene ocho tallas de la mejor imaginería española.
La iglesia del Monasterio de Suso alberga un auténtico tesoro: un púlpito de nogal del siglo XVI, uno de los mejores ejemplos de talla de madera en España. Otro de los activos del monasterio son sus valiosos cofres de oro y marfil, fabricados en la segunda mitad del siglo XI y únicos en Europa. Contienen las reliquias de San Millán.
Agustinos Recoletos al resguardo de piezas únicas
De particular interés es el conjunto formado por la Biblioteca y el Archivo, que se puede considerar entre los mejores que se encuentran en los monasterios españoles. Los archivos medievales contienen principalmente dos colecciones de cartas (las bulas galicanas y papales) y unos trescientos documentos originales.
En la actualidad la biblioteca sigue estando amueblada exactamente como estaba a finales del siglo XVIII. Su valor e interés real no radica en su amplitud, con más de diez mil artículos, sino en las raras copias que contiene.
La primera comunidad monástica establecida en España fue en Suso y es aquí donde todavía se puede encontrar el altar más antiguo del país, en el que San Millán celebró la Eucaristía. Esta tarea espiritual todavía se realiza hoy en Yuso por la orden religiosa de los Agustinos Recoletos.
‘Gloss 89’, del Codex Aemilianensis 60: primer texto en español

La lengua romance hispánica hace su primera aparición lingüística en este texto como el registro más antiguo que expresa plenamente la lengua romance de Iberia en la Alta Edad Media. Este fue el primer texto que mostró a propósito el léxico, la gramática y los sonidos del idioma que evolucionó hacia un idioma universal: el español.
El scriptorium (lugar en los monasterios dedicado a la escritura) no solo produjo la primera aparición gráfica clara del idioma español, sino que también escribió algunas de las enciclopedias más detalladas que conocemos de la Alta Edad Media (siglos X y XI) en Europa. También dio lugar a algunas de las obras literarias más eruditas de toda la Edad Media, escritas, como dijimos, por Gonzalo de Berceo, el primer poeta español destacado.
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Fuente y crédito de las imágenes: Fundación San Millán de la Cogolla